Sobre la paciencia y la sabiduría popular

Buscar trabajo es un proceso largo y por eso hay que tener paciencia. Sin embargo, ¿qué significa realmente la palabra «paciencia»? Te lo cuento a continuación.

Tal como explica el Diccionario Etimológico del Castellano, la palabra paciencia proviene del latín patientia y significa, literalmente, cualidad del que sufre. Sufrir, a su vez, proviene de sub- y ferre y significa soportar por debajo, vamos: llevar la procesión por dentro.

La verdad es que no solo me ha hecho gracia este descubrimiento, sino que también ha sido una especie de revelación que me ha causado alivio, porque sí: para mí esperar a que el esfuerzo de frutos es un sufrimiento por mucho que intente tener un mindset positivo, confiar en el proceso y blablabla. Ahora, al menos sé que lo que siento cada vez que me recuerdo que debo tener paciencia es normal y ¡qué importante es entender lo que sentimos!

Además, también me ha resultado curioso este descubrimiento porque, actualmente, la paciencia se considera una cosa positiva y mucha gente se esfuerza en cultivarla. Si lo piensas bien, es una cosa que nos exigimos a nosotros mismos y a los demás sin saber realmente lo que nos y les estamos pidiendo: «Ten paciencia» (¡Sufre, sufre, sufre!), «Muchas gracias por tu paciencia» (¡Muchas gracias por sufrir!). Me parece sumamente irónico que una palabra tan relacionada con el mindfulness esconda un origen tan oscuro.

Tras toda esta información seguro que ya se te habrá ocurrido que entonces el adjetivo paciente significa, literalmente, ser una persona que sufre, justamente la misma palabra que usamos como sustantivo al referirnos a la gente enferma que acude a un hospital y que ha sustituido al antiguo doliente. ¡Anda!

Ante tal disyuntiva, yo la verdad es que ya no tengo claro si quiero ser una persona paciente o si me voy a volver la más impaciente de la ciudad y me voy a dedicar a pitar sin tregua alguna cuando el coche de delante tarde más de una milésima de segundo en arrancar. Al fin y al cabo ¿a quién le gusta sufrir?

De todas formas, poco importa lo que quiera porque Roma no se construyó en un día, quien algo quiere algo le cuesta y no hay que empezar la casa por el tejado (bueno, eso solo si eres un poco granuja). Por lo tanto, lo que la sabiduría tradicional claramente me indica es que lo que me toca ahora mismo es ir paso a paso, ya que esto de empezar en el mundo de la traducción no es pan comido. Me parece que al final no me va a quedar más remedio que trust the process

Así pues, en vez de cultivar la paciencia (la imagen mental que acude a mi mente ahora mismo soy yo plantando brotes de sufrimiento en un jardín a cuarenta grados en la sombra), voy a aprender a convivir con ella porque, ¿quién soy yo para contradecir a la sabiduría popular y a su quien la sigue la consigue? Pues solo una traductora más con muchas ganas de arrancar.



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